viernes, 4 de septiembre de 2009

Arepa

Antonio María Zubillaga Oropeza, mejor conocido en los bajos fondos con el apócope de: “Toño” ; me refirió hace poco una vivencia que tuvo en Costa Rica acerca de la arepa. Debo advertir que a Toño y a mí nos unen muchas cosas: somos cuñados, colegas de la ingeniería, amantes de la buena música, amantes de la arepa y del café, pero eso sí: quiero advertir que cualquiera como yo puede disfrutar realmente de la compañía de Toño, salvo que se trate de tomar café, en este aspecto de ingerir la arábiga infusión, recomiendo a todos no aceptar invitación alguna de su parte y mucho menos invitarlo. No me pregunten por qué, no quiero suscitar la ira de mi cuñado favorito.

Recientemente en la capital de los ticos, vio Toño un anuncio que le activó las funciones: “Arepas Colombianas”. De inmediato le entró al pleito y de seguro liquidó a más de una redonda. A mí, no sé si por manía, me llamó la atención el por qué asociar a otro gentilicio, una expresión tan venezolana como la AREPA.

En primer lugar, la voz es cumanagota, y el objeto en sí es una de las contribuciones que esta tierra venezolana ha dado al mundo, junto con el chinchorro, la butaca y la improvisación, desde mucho antes de convertirse en la Capitanía General de Venezuela (por gracias de las voluntades, pulsos y plumas de sus reales majestades). Las documentaciones lexicográficas son abundantes y aparecen en los dos últimos diccionarios citados más adelante. Valga decir que acerca de la arepa hay citas datadas en el año de 1628, y que según los historiadores, nuestro proceso politicosocial unificador se inició en el año 1652, que luego se complementó con reales cédulas de 1742 y 1777

No obstante la cita inmediata anterior, conviene comentar lo que al respecto expresa el diccionario de la RAE: “(del cumanagoto arepa: maíz) f. Pan de forma circular que se usa en América, compuesto de maíz salcochado, majado y pasado por tamiz, huevos y manteca, y cocido al horno”.
Sin duda que los académicos han confundido un poco a la arepa con el casabe o cazabe, por lo menos en cuanto a su preparación. Desde niño he visto hacer arepas en Falcón, Lara, Carabobo, Caracas y ya hombre en todo el país, jamás he visto tamizar a la masa del maíz (pilado o pelado) para preparar la arepa, esto se hace con la masa de la yuca en el sebucán, para el casabe. Lo que sí sé porque desde niño también las he hecho, es que a la masa del maíz hay que heñirla bien, amasarla y lograr además un equilibrio en el grado de humedad de esa masa, pues de lo contrario, la arepa quedará dura, como rejo de cuero de ganado. No basta con una masa cualquiera, hay que acariciarla, luego irá al budare, los académicos se quedaron con los verbos: salcochar y hornear, no basta, había que mencionar al budare, a menos que se trate de bollos de masa o de arepas fritas. Nuestro aborígenes, los inventores de la arepa, no las freían, la arepa frita vino después. Lo de los huevos y manteca, supongo yo que se refieren a ñemas y mantequilla, que se comen con arepa considerando a ésta como pan, pues en realidad eso es la arepa: pan. Es común en Falcón y en Oriente oír las expresiones: “tender el pan” (ponerlas en budare), “pan pelado” (arepas peladas), “pan pilado” (arepas de maíz pilado). Si usted no sabe en qué consiste pilar o pelar maíz, le aconsejo que revise su documentación, probablemente usted no es venezolano.
Todo evoluciona, y así desde la época de los cincuenta, existe la harina de maíz precocida (valga la ocasión para recordar al difunto ingeniero Juan Lorenzo Mendoza Quintero y a quienes con él fundaron la primera planta de harina precocida de maíz). Esta harina facilita enormemente la labor, ha sido para las arepas y las hallacas, lo que los detergentes en polvo y las lavadoras mecánicas han sido para la ropa. De lo contrario, ya no existirían amas de casas ni cachifas, que así todo lo tienen facilito, con la ñapa de los pañales desechables y los anticonceptivos. ¡ Qué vida tan dura !. (Qué machista soy).Como todo cambia, mis hijas y sobrinos se han horrorizado al verme matando una gallina o un cochino, porque siempre los han visto muerticos y peladitos en el super. No me opongo a ello, lo aplaudo.

La arepa, como sustantivo, además de su acepción original sirve para identificar muchas otras cosas:
* La arepa está cuadrada: la situación económica está mal o estoy “limpio”.
* Todo venezolano nace con su arepa debajo del brazo: aquella ilusión estúpida de que todos nacíamos con un
futuro económico seguro.
* Nueve arepas le metió el Caracas al Magallanes: tampoco es venezolano quien no entienda esta frase.

De arepa hemos dado origen a otras voces: arepera(o), arepazo. Ya casi no se consiguen las “arepas de vieja”, tan tiernas y dulces que en adición rompían con la geometría tradicional pues eran cuasitriangulares. Con nostalgia recuerdo mis patinatas en el Parque Los Caobos de Caracas, donde en las frías mañanas decembrinas comía las finas, abombadas, dulzonas y anisadas arepitas fritas, que aún afortunadamente se consiguen.

Es lamentable tener que comer malas arepas. Como ahora el reloj es otro, la prisa nos consume y a la harina de maíz precocido le ponen agua y sal, la medio amasan e ipso facto hacen la arepa para llevarla al “arepa maker”, fabricado en Singapur, Detroit, San José de Costa Rica, Dublín, Ciudad de México o en Maracay. A la harina precocida ya amasada hay que dejarla reposar para que absorba agua, para que la masa con el agua agregada en cuanto sea necesaria, logre su punto, para que retenga esa humedad que le extrajeron en las plantas industriales de: Turmero, Chivacoa, Cumaná, Ciudad Bolívar, Manizales, Cali, Guayaquil, Tegucigalpa, Guadalajara, Lisboa, Islas Canarias, Londres, Burdeos, Niza, Ciudad del Cabo y Miami. Se extendió al mundo entero. Personalmente vi y denuncié harinas elaboradas en otros países iberoamericanos, envasadas en bolsas falsificadas de las primeras fabricas ubicadas en Turmero y Chivacoa.

Este consejo del reposo está consignado en la literatura de la bolsa de la harina precocida, pero “mala leche”: nosotros no leemos. Por favor: DEJE QUE LA HARINA PRECOCIDA ABSORBA AGUA, DELE SU TIEMPO, NO SEA GAFA(O)

Más acertada me parece la descripción que da el “Diccionario de Venezolanismos” (UCV.Academia Venezolana de la Lengua”. Fundación Edmundo y Hilde Schonoegass).- “Especie de pan de forma circular, hecho con maíz ablandado a fuego lento y luego molido, o con harina de maíz precocida, que se cocina sobre un budare o sobre una plancha”. Bien, pero por qué no usar el verbo salcochar empleado por la RAE, para ablandar el maíz hay que sancocharlo como decimos en Venezuela. No lo vas a ablandar tostándolo, apaleándolo o gratinándolo, ojalá esta observación llegue a la docta María Josefina Tejera.

De mi alma mater salió el “Diccionario del Habla Actual de Venezuela” (UCAB.Centro de Investigaciones Lingüísticas y Literarias. Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez), en él así definen a la “redonda criolla”: “ Pan de forma circular hecho con masa de maíz que se cocina en múltiples formas, especialmente asado en un budare o en una plancha, horneado o frito, y que puede comerse solo o relleno con otros alimentos” (agregan otras varias acepciones). Bien, aplaudo esta descripción. No obstante, no son tan múltiples las formas de cocinar al maíz, basta con salcocharlo para preparar la masa (y hacer bollitos), asar (budare y leña que es lo mejor del mundo) para que tengamos una arepa “VIP”(yo también soy moderno), hornear y por último queda la versión de machucar, estrangular, apisonar a la masa en el “arepa maker”. Ahora hay una nueva versión de este dispositivo, accesorio o utensilio, que en treinta segundos y catorce centésimos hace cuatro redondas imitando la versión que los “hijoerdiablo” llaman “telitas”, por su delgadez, son mis preferidas pero en budare.
Las areperas (areperías) son lo mejor del mundo; basta entrar y conseguir un mostrador con veinte ingredientes diferentes para rellenar a la arepa, eso es mejor que cualquier cadena internacional de comida chatarra. Si yo hubiese sido comerciante, me gustara y tuviese capacidad para “hacer reales”, ya tendría en ochenta países los establecimientos de mi cadena “AREPA-CENTER”; tras entrenar a unas ocho mil mujeres ( con algunos maricones, por qué no) en la tarea de hacer la arepa. Para abrirla y rellenarla puedo emplear a los “musiues”

No puedo finalizar sin mencionar a la arepa coriana, la tengo desde niño en el “disco duro”, su calidad y tamaño son espectaculares, las he visto de un quilogramo y algo más de peso, una verdadera arepa tamaño familiar. De la “pelada coriana” ni hablar, ¡ qué de milagros hacen la ceniza o la cal en el maíz !, para ahorrar la brega de pilar y para dar ese rico sabor tan característico. Después que usted se haya desayunado con una pelada coriana y perico con hueva salada de pescado ã, le aseguro que ni el bisté de oso polar le parecerá más delicioso..

Como ahora soy barquisimetido y vivo en Cabudare, a los extraños les doy el dato local de la versión de arepa con chicharrón, que es algo mejor que una buena suegra. En la plaza de Santa Rosa pregunte por Teolindo y engulla unas redondas con chicharrón; también las hay buenas en la calle 30, entre carreras 23 y 24. Si le da miedo cómaselas con unos 40 mg. de “atorvastatina”, vulgarmente conocida en las Farmacias con el apodo de “Lipitor”, que no son sabrosos y son carísimos, pero nos caemos a embustes con ellos.

Gracias por leer estos disparates, no lo agradezco por mí, lo agradezco por la arepa, que como la hayaca es símbolo de nuestra identidad. Por ello, sin estúpida xenofobia, me da arrechera (perdón) que los magníficos ticos anuncien arepas con el respetable gentilicio colombiano, no, la arepa es y será de gentilicio venezolano.

Si la hueva es de lisa, olvídese, así ese perico se convierte en una ave del paraíso y sólo la podrán comer Hugo y los miembros de su Gabinete, o quizá mi cuñado favorito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario